martes, 29 de mayo de 2007

Situacion actual de los niños en México

Situación actual de los niños en México

La situación actual de los niños en México es un factor importante, en el desenvolvimiento y comportamiento de éstos hacia la sociedad, ya que la pobreza, los maltratos y la falta de educación son problemas constantes en los niños y niñas del país.
Es decir la pobreza es, en nuestra opinión, el principal problema de la niñez mexicana, ya que en esto englobamos a los niños de la calle, que aparte de no tener recursos necesarios para vivir, carecen de familia y de educación. "Los niños de la calle son aquellos que viven y trabajan en la calle, completamente aislados de vínculos con su familia, cuya cantidad en reducción se aproxima a los 980 menores, según el Instituto de Asistencia e Integración Social (IASIS) del Distrito Federal”. [1]
Y se dice que esta cifra aumentará mientras la economía del país siga como hasta ahora, en donde la riqueza de México esta concentrado en pocas manos y una pequeña parte de este dinero se tiene que repartir entre millones de personas de clase media y baja, incluidos los niños de la calle y en general.
POBREZA
La pobreza infantil, que se asumía como un problema exclusivo de las naciones menos desarrolladas, resulta ser ahora un dolor de cabeza para los países más ricos del planeta, entre ellos México. Nuestra nación obtuvo el peor record dentro del estudio: Pobreza infantil en las naciones ricas 2005, elaborado por un centro especializado de UNICEF, según la cual, el 27.7 por ciento de los niños mexicanos vive por debajo de la línea de pobreza.

Los niños provenientes de familias mexicanas con bajos ingresos y de minorías étnicas presentan mayores dificultades escolares que los niños que poseen un nivel socioeconómico medio y generalmente son de raza blanca.

Muchos niños que viven en la pobreza se enfrentan a problemas en casa y en la escuela que dificultan su aprendizaje. En casa, sus padres no siempre establecen unos niveles educativos elevados, no pueden leer con sus hijos o no pueden permitirse materiales o experiencias educativas, como libros o visitas a zoológicos y museos. Tal vez estén desnutridos o vivan en zonas en las que la delincuencia y los actos violentos están a la orden del día. Por ello son comunes las historias de maltrato, desintegración y/o abandono.
[2]

En la actualidad los programas que luchan contra la pobreza tienen a intervenir en dos generaciones en forma simultánea. Según esta orientación, se proporcionan servicios tanto a los niños como a los padres. Programas como el de alfabetización y perfeccionamiento de capacidades laborales, son principalmente impartidos a los progenitores para la obtención de un nivel de vida adecuado, por otro lado, a los menores los programas llevados a cabo para ellos, son: atenciones educativas diarias o educación infantil. Las evaluaciones de este tipo de programas indican que son más eficaces para la mejora del nivel académico del infante.
[3]

Según las cifras dadas por el gobierno mexicano en su último informe dicen que: “dos de cada tres niños mexicanos se desenvuelven en condiciones económicas difíciles, 3 millones 500 mil niños se ven en la necesidad de trabajar en todo el país, principalmente en el área rural.

Se estima que en 100 ciudades de la República los niños que viven y trabajan en la calle llegan a los 170 mil. 16 mil niñas, niños y adolescentes son vulnerables a la explotación sexual comercial. Alrededor de 42 mil niños y niñas mueren anualmente antes d su primer año de vida a causa de enfermedades fáciles de prevenir y 7 mil niños y niñas cada año, quedan en la orfandad a causa de la mortalidad materna, además 18% de los niños mexicanos presentan problemas de baja talla”
[4]



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MÉXICO.

FALTA DE EDUCACIÓN POR BAJOS RECURSOS ECONÓMICOS


Los niños en la actualidad, están expuestos a muchos de los problemas ya mencionados y se suma uno más, “la falta de educación”, este conflicto, no sólo perjudica al menor, sino que también afecta a toda la sociedad, habiendo menos profesionales que se integren a una vida productiva activa.

En México hay casi seis millones de personas que no saben leer ni escribir, más de 10 millones que no han terminado la primaria. Y más de
15 millones no terminaron la secundaria, estas cifras corresponden al 10 por ciento de la población actual. Hasta el año 2005, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, la OCDE, detallaba que en un alumno de educación primaria, el gobierno federal destinaba aproximadamente mil 656 dólares. En un alumno de educación secundaria era de mil 495 dólares. ¿Creen que sea suficiente o insuficiente?
Además, calculan que un estudiante entre los 9 y 11 años de edad, pasa unas
800 horas de clases por año, es decir, si lo juntamos en días, serían aproximadamente 33 días. Un mes y tres días.[5]

Con respecto a las escuelas, muchos de los colegios a los que asisten niños de familias de bajos ingresos poseen también menos recursos que las escuelas situadas en áreas más pudientes. En las zonas más deprimidas, los estudiantes suelen obtener resultados más bajos en las pruebas, notas globales inferiores y solo un pequeño porcentaje de ellos continúa su educación en la Universidad. Además es probable que sus profesores sean jóvenes y tengan menos experiencia que en las escuelas de zonas con una mejor situación económica. Sin embargo, existen programas de ayuda que han creado las condiciones necesarias para mejorar la enseñanza en colegios situados en zonas desfavorecidas.

En dichas áreas, resulta más probable que las escuelas fomenten el aprendizaje basado en la memorización, mientras que en las zonas más pudientes, las escuelas suelen tender a mejorar la capacidad de pensamiento de sus alumnos.

De esta manera, demasiadas escuelas en áreas de bajos recursos no crean las condiciones necesarias para fomentar un aprendizaje eficaz. Además, sus instalaciones suelen ser anticuadas, estar en mal estado y no contar con el adecuado mantenimiento. Los problemas callejeros afectan también a las escuelas, que también se ven inundadas por aguas de alcantarillas lo cual no permite que el estudiante tenga un desarrollo académico adecuado
[6].


MALTRATO

El abuso y maltrato infantil es un problema que compete a todos los países del mundo. En este sentido es que se celebra el 19 de noviembre el Día Mundial para la prevención del abuso del Niño, la cual es una iniciativa de la Fundación de la Cumbre Mundial de la Mujer (FCMM) en la que se han involucrado 149 organizaciones, entre las que se encuentra la Red por los Derechos de la Infancia en México, de 59 países del mundo, las cuales tienen como objetivo fomentar una cultura de prevención del abuso infantil en todo el mundo.
Es importante señalar que la Convención de los Derechos del Niño, quien cumple 11 años de haber entrado en vigor el próximo 20 de noviembre, establece en su artículo 19 que es obligación del estado parte proteger a los niños de todas las formas de violencia y maltrato, que hayan hecho padres, madres o cualquier otra persona dedicado a su cuidado.
Sin embargo este problema esta presente tanto en países del primer mundo, como aquellos en vías de desarrollo. En Estados Unidos por ejemplo, según datos recogidos de 50 estados y el distrito de Colombia, en 1996, 1077 niños y niñas murieron a causa de abuso o negligencia, de éstos un 77% tenia tres años o menos de edad.
[7]
En América Latina no menos de 6 millones de niños, niñas y adolescentes son objeto de agresiones severas y 80 mil mueren cada año por la violencia que se presenta al interior de la familia (Fuente UNICEF). México al haber ratificado la Convención se convierte en estado parte y tiene la obligación de adoptar las medidas necesarias que garanticen el bienestar de la infancia. No obstante, estas medidas no han sido las suficientes para reducir el número de niños y niñas víctimas de maltrato, que para 1999 reporta un total de 12,516 niños maltratados y 12, 433 niñas.
[8]
De estas cifras el estado con mayor índice fue el de Coahuila con 4,150, seguido de Nuevo León con 3,067 y en tercer lugar el Estado de México con 1,885 casos, datos obtenidos del DIF.
[9]
El tipo de maltrato mas frecuente en el Distrito Federal fue el físico con 44%; en Coahuila la omisión de cuidados con 35%; en Sinaloa el físico con un 72% al igual que Nuevo León con un 58.8%..
El lugar mas frecuente del abuso infantil fue la familia, en donde la madre y el padre presentan el mas alto nivel de violencia ejercida hacia con los niños, seguidos de padrastros, madrastras, y otros.
De las denuncias recibidas, solo en el 56% se comprueba el maltrato.
Ante la necesidad de crear mecanismos que prohíban todo tipo de abusos es que algunos países han realizado reformas basadas en la Convención de los Derechos del Niño y las recomendaciones hechas por el Comité (quien es el encargado de supervisar la aplicación de la Convención) a los gobiernos, para prohibir totalmente la violencia infantil, estos países son Suecia, Finlandia, Dinamarca, Noruega, Austria y Chipre. Sin embargo este representa tan solo el 3% de los países que han ratificado la Convención.
En muchos países, las leyes penales y civiles permiten que los padres y tutores utilicen el castigo moderado y razonable. En México, la ley para la protección de los Derechos de niñas, niños y adolescentes en su artículo 12 inciso b establece “protegerlos contra toda forma de maltrato, prejuicio, daño, agresión, abuso, y explotación…”
[10]

“En este sentido consideramos importante señalar algunos elementos a tomar en cuenta por parte del gobierno, las instituciones y la sociedad en general:
A) Establecer una reforma legal que prohíba todo tipo de violencia hecha a los niños (incluyendo el castigo físico y otro tipo de trato inhumano y/o degradante).
B) Revisión de los sistemas de justicia juvenil, para prevenir el abuso como medidas correctivas de rehabilitación.
C) Elaborar políticas claras para prevenir el abuso y maltrato a los niños, así como su adecuada rehabilitación en aquellos casos en que ocurra.
Adoptar estas medidas significaría reducir los niveles de abuso infantil, así como evitar las posibilidades de delincuencia (un estudio realizado en los EEUU, muestra que los abusos o abandonos cuando se es niño, aumentan la posibilidad de arresto en la adolescencia en un 53%, en un 38% durante la vida adulta, y en un 38% la posibilidad de llevar a cabo un crimen violento)”
[11].
Sin embargo hasta la fecha todas estas propuestas no son tomadas en cuenta, y los niños maltratados son cada vez más. Y las pocas iniciativas que llegan a ponerse en práctica resultan fallidas, por la corrupción en que el país está envuelto.

Amor y hostilidad de los padres hacia sus hijos

La responsabilidad que un padre tiene hacia sus hijos, más que un amor de padres, es un deber, ya que la educación, la influencia y el ejemplo que los padres inculcan a los niños son importantes en su desarrollo social y psicológico.

Muchas veces se ha demostrado, en los estudios sistemáticos con niños y adolescentes normales, neuróticos, y delincuentes, su necesidad de
tener unos padres afectuosos, interesados en su cuidado, en los cuales poder confiar e congeniar. Sin las fuertes y evidentes manifestaciones de amor por parte de sus padres, el niño adolescente tiene pocas oportunidades para desarrollar su autoestima, así como para entablar relaciones constructivas y provechosas con los demás y de sentir confianza en su propia identidad; la carga de trabajo, falta de tiempo y los problemas familiares han distanciado la relación entre padres e hijos; cuantas veces no hemos escuchado decir: “he tratado de hablar con mi padre, pero parece no querer escucharme. No sé por qué. Creo que piensa que mis problemas no son importantes. De todas maneras siempre está ocupado...” o “no puedo escoger mi futuro... huí de casa porque nuestro padrastro siempre nos golpeaba... no conozco a un adulto al que yo quisiera parecerme... jamás he tenido experiencias agradables en mi vida... siempre estoy sola”.
[12]

Sin embargo, el joven que cuenta con verdadero calor y cuidado por parte de sus padres a menudo puede vencer obstáculos aparentemente insuperables. Algunos matrimonios tienen problemas de divorcio o de otro tipo, pero cuando existe un equilibrio y una atención hacia el joven el problema se puede superar.

La hostilidad, el rechazo o la negligencia de los padres aparecen con mayor frecuencia de la aceptación, el amor y la confianza en el pasado de todos aquellos niños con grandes problemas que van desde las dificultades intelectuales y académicas y las malas relaciones sociales con sus compañeros y otros adultos, hasta los desórdenes neuróticos, las alteraciones psicosomáticas y los problemas de carácter, tales como la delincuencia.
[13]


Los padres que son estrictos y son autoritarios, al igual de aquellos que utilizan la hostilidad y desprecio hacia sus hijos causan en el niño traumas y resentimientos que no lo dejan ser parte de la sociedad.

El padre autoritario, que solamente da órdenes al niño o adolescente, sin sentirse obligado a explicar las razones de su proceder, es lo opuesto al padre con autoridad. Los primeros consideran la obediencia como una virtud absoluta y tienden a resolver los intentos de protesta con medidas punitivas y enérgicas. Las conversaciones libre o las interacciones entre padre e hijo son desalentadas bajo la suposición de que el joven debe aceptar sin discusión lo que los padres consideran correcto.

Algunos padres pueden asumir esta posición por sentimientos de hostilidad o, sencillamente, porque no desean que se les moleste. Sin embargo, otros pueden hacerlo pensando que ésta es la forma de desarrollar el “respeto hacia la autoridad”. Sin embargo, cometen el error de reprimir las divergencias sin eliminarlas. Más aún, pueden fomentar el resentimiento de los jóvenes, debido a que nos les dan la oportunidad de poner a prueba sus ideas o de asumir una responsabilidad independiente. Además porque no ase da valor, ni se toman en cuenta sus opiniones, muchos hijos de padres autocráticos o autoritarios terminan la adolescencia con una gran falta de confianza y autoestima o bien siendo incapaces de desenvolverse con la seguridad de actuar en forma independiente o de pensar por sí mismos. Mientras son adolescentes los hijos de este tipo de padres tienen muchas más posibilidades, en comparación con los hijos de los padres con autoridad, de decir que se sintieron rechazados por ellos. También tienen menos probabilidades, como adolescentes y adultos jóvenes de lograr una conciencia madura basada en valores morales independientes y profundos, teniendo, en lugar de ello, una conciencia débil y variable basada principalmente en las recompensas y los castigos externos.
[14]



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“Los niños ven, los niños hacen”
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LAS RELACIONES PADRE E HIJO ENTRE LOS DELINCUENTES


Aunque evidentemente influencias tales como la presión del grupo de compañeros de un adolescente y de un ambiente social generalmente adverso favorecen la delincuencia el papel de los padres parece decisivo. Los estudios indican que “Las técnicas disciplinarias iniciales a las cuales se han sometido los delincuentes, tienden a ser relajadas, erráticas o bien demasiado estrictas y a incluir el castigo físico en lugar de permitir el razonamiento del muchacho en relación con su mala conducta (aquí es donde surge el maltrato intrafamiliar). Es muy probable que, entre los delincuentes, las relaciones entre padres e hijos se caracterizan por la hostilidad mutua, la falta de cohesión familiar, y el rechazo la indiferencia o la apatía de los padres.

Por lo general, los observadores imparciales clasifican a los padres varones de los delincuentes como personas crueles, negligentes e inclinadas a ridiculizar a sus hijos. Tienen menos probabilidad de ser considerados como unos padres cálidos o afectuosos. A su vez, sus hijos delincuentes, particularmente los varones tienen menos vínculos estrechos con ellos y los consideran completamente inaceptables como modelos de conducta. Es muy probable que las madres de los delincuentes sean consideradas como personas desconsideradas o ineptas para el cuidado de los niños, así como hostiles o indiferentes, más que como afectuosas y responsables. Muchos delincuentes también provienen de hogares desechos
[15].

La delincuencia es un problema tanto psicológico como sociológico. La incidencia delictiva es más alta en zonas socialmente desorganizadas y económicamente empobrecidas; tal es el caso de los barrios pobres de las grandes urbes donde la delincuencia suele ser una tradición aprobada de tal modo que las pandillas de delincuentes son muy comunes. Sin embargo, muchos de los jóvenes que ahí viven no se vuelven delincuentes –e, inversamente, un mayor numero de adolescentes de áreas suburbanas más ricas participan en dichos actos delictivos.

DEPRESIÓN
La depresión es un común denominador entre todos los adolescentes y jóvenes, ya sea por cambios hormonales o por problemas psicológicos, es por eso que este apartado refleja las posibles causas y consecuencias que puede traer este trastorno.

La depresión como definición es el Trastorno psicológico, caracterizado por sentimientos de inutilidad, culpa, tristeza, indefensión y desesperanza profundas. A diferencia de la tristeza normal, o la del duelo, que sigue a la pérdida de un ser querido, la depresión patológica es una tristeza sin razón aparente que la justifique, y además grave y persistente. Puede aparecer acompañada de varios síntomas concomitantes, incluidos las perturbaciones del sueño y de la comida, la pérdida de iniciativa, el auto castigo, el abandono, la inactividad y la incapacidad para el placer.
[16]

Resulta más probable que la depresión se produzca en la adolescencia que en la niñez. Además, las adolescentes presentan mayores índices de depresión que los varones. Algunas de las razones que explican esta diferencia entre géneros son:

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Las mujeres tienden a encerrarse en su depresión y a amplificarla.
Las imágenes que tienen de sí mismas, especialmente de sus cuerpos son más negativas.
La pubertad se produce antes en las mujeres y en consecuencia experimentan una acumulación de transformaciones y experiencias de vida en los años de educación de la secundaria, lo que pude aumentar el riesgo de la depresión.
Son más vulnerables, por los cambios hormonales en la adolescencia.
Se enfrentan a más discriminación.
[17] Ciertos factores familiares, también colocan a los adolescentes en una posición de riesgo a desarrollar una depresión. Dichos factores incluyen la presencia de una de los padres con depresión emocionalmente ausentes, con un alto nivel de conflicto matrimonial y con problemas económicos. La experiencia de transformaciones difíciles o de retos también se relaciona con la depresión de los adolescentes, así como el divorcio de los padres.



[1] http://www.eluniversal.com.mx/notas/344516.html

[2] MONTERO, Maritza. “carácter y ambiente”, editorial Grijalbo, México, 1974, Pág. 126-128

[3] Ibidem Pág. 18
[4] http://www.derechosinfancia.org.mx/Especiales/ses_bol.htm

[5] http://weblogs.eluniversal.com.mx/weblogs_detalle3078.html


[6] AGUILAR, Iñigo, Molinavi, María Sara, Acevedo, María Luisa, Brunt, Luz María. “Pobreza y cuidado infantil en el área metropolitana”.

[7] DOROTHY, Burlingham, FREUD, Ana, “Niños sin familia”.

[8] Ibidem. Pág. 65
[9] INEGI
[10] www.derechosinfancia.org.mx/temas/temas_calle1.htm


[11] DOROTHY, Burlingham, FREUD, Ana, “Niños sin familia”.
[12] LEHALLE, Henrry, “Psicología de los adolescentes”. pág. 166
17 Ibidem pág. 167


[14] CONGEN, John “Adolescencia Generación Presionada”. pág. 47-48

[15] op.cit. pág. 49
[16] MONTERO, Maritza. “carácter y ambiente”. Pág. 126

[17] LEHALLE, Henrry, “Psicología de los adolescentes”. Pág. 170

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